Aunque algunos factores de riesgo, como envejecer o tener antecedentes familiares de enfermedades cardíacas, no pueden cambiarse, cada uno de nosotros tiene el poder de controlar una serie de factores que pueden reducir la probabilidad de sufrir ataques cardíacos e ictus.
Nunca es demasiado tarde para atajar los factores de riesgo del corazón. Tampoco es demasiado pronto, ya que las enfermedades del corazón pueden empezar en la infancia. Todos somos diferentes, por lo que es importante mejorar nuestros hábitos de salud, asociarnos con un proveedor de atención médica y desarrollar un plan individual que funcione mejor para nosotros.
Las enfermedades cardiovasculares -incluidas las cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares y la hipertensión arterial- son la principal causa de muerte en Estados Unidos. También es una de las principales causas de discapacidad, que impide a muchos estadounidenses trabajar y disfrutar de las actividades familiares. Aunque algunos factores de riesgo, como envejecer o tener antecedentes familiares de enfermedades cardíacas, no pueden cambiarse, cada uno de nosotros tiene el poder de controlar una serie de factores que pueden reducir la probabilidad de sufrir ataques cardíacos e ictus.
Su médico puede medirle el colesterol en sangre con un simple análisis, tomarle la tensión arterial y determinar si su peso está dentro de los límites saludables. Conocer sus cifras es de gran ayuda si va a abordar sus factores de riesgo cardíaco. Se trata de aspectos básicos, pero importantes, que hay que controlar para asegurarse de que se está en el camino correcto hacia una buena salud permanente.
Controlar el colesterol sanguíneo alto y la presión arterial elevada reduce significativamente el riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares, según los especialistas en enfermedades cardíacas de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH). Las modificaciones en la dieta y el ejercicio pueden reducir estos factores de riesgo, o el médico puede recomendar medicamentos con receta.
Pueden parecer cosas sencillas de controlar, pero representan algunos de los mayores retos para su salud. La obesidad es un problema abrumador en este país. Afortunadamente, incluso una pequeña pérdida de peso, si tiene sobrepeso, puede ayudar a reducir el riesgo de sufrir un ataque al corazón o un derrame cerebral. Una dieta saludable para el corazón incluye frutas, verduras y cereales integrales, junto con carnes magras, aves de corral, pescado y legumbres. Intente evitar los alimentos con grasas saturadas, grasas trans, sodio y azúcar añadido.
No olvide incluir el ejercicio con esa dieta saludable para el corazón. Los NIH recomiendan al menos dos horas y media de actividad física de intensidad moderada a la semana. Sin embargo, tan sólo 30 minutos de ejercicio diario pueden proteger su corazón. Utilice una variedad de ejercicios para no aburrirse. Pruebe a caminar a paso ligero, correr, nadar o bailar. Incluso subir las escaleras en lugar de utilizar el ascensor hará que su corazón se ejercite y marque la diferencia.
Por último, si es fumador, ¡deje de fumar hoy mismo! El consumo de cigarrillos es muy perjudicial para el corazón y está directamente relacionado con el 30% de todas las muertes por enfermedades cardíacas que se producen cada año en Estados Unidos. No es fácil y no todo el mundo puede dejar el hábito de la misma manera. Pida ayuda a su médico.
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