Una infección de las vías respiratorias altas es una infección vírica que afecta al sistema respiratorio, incluidos los oídos, los senos paranasales, la nariz o la garganta. El resfriado común es la forma más frecuente de infección de las vías respiratorias altas. Otras infecciones respiratorias son las infecciones de oído, las infecciones sinusales, la faringitis (dolor de garganta) y la traqueobronquitis (crup y otras enfermedades).
Las infecciones de las vías respiratorias altas pueden durar de 3 a 14 días, aunque la mayoría desaparecen en un plazo de 7 a 10 días. Las infecciones respiratorias superiores se producen con mayor frecuencia durante los meses de otoño e invierno; sin embargo, no es raro contraer una durante la primavera o el verano también. Los síntomas suelen ser los siguientes:
Las infecciones de las vías respiratorias altas son muy contagiosas y pueden propagarse por contacto estrecho con una persona infectada o al toser y estornudar. La higiene de las manos mediante el lavado regular con agua caliente y jabón es una de las formas más eficaces de prevenir las infecciones y la propagación de gérmenes. Las infecciones respiratorias también pueden prevenirse:
Si los síntomas son graves, no desaparecen por sí solos al cabo de una semana o empeoran, debe consultar a un médico. En algunos casos, una infección de las vías respiratorias altas puede evolucionar a una infección bacteriana de los senos paranasales, los oídos o los pulmones. Si su médico sospecha que su infección vírica de las vías respiratorias altas ha evolucionado a una infección bacteriana, puede solicitarle pruebas adicionales o recomendarle un tratamiento con antibióticos.
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